sábado, 2 de enero de 2016

MARISA TOMEI


Marisa Tomei, actriz de simpática nariz respingona  es casi más conocida por haber protagonizado una de las grandes anécdotas de la entrega de los premios Oscar de la Academia que por una carrera profesional ciertamente renqueante. Fue a raíz de ganar el Oscar a Mejor Actriz Secundaria por Mi primo Vinny (1992) contra todo pronóstico, lo que hizo pensar que el bueno de Jack Palance (responsable de entregar el galardón) había dicho lo que le había dado la gana en lugar de leer el nombre de la tarjeta. Finalmente ha quedado probado que fue justa triunfadora, lo que posibilitó que esta actriz participara en un puñado de interesantes títulos a lo largo de la década de los noventa para prácticamente desaparecer del panorama fílmico. Fue rescatada gracias a la cinta de Darren Aranofsky El luchador (2008) demostrando nuevamente su valía como intérprete e iniciando una nueva etapa en su carrera profesional.


Pero tenemos que retrotraernos hasta 1984, año en el que haría su primera aparición en el cine en un papel meramente testimonial (ni siquiera llegó a estar acreditada en los títulos de crédito finales). Se trataba de El vengador tóxico, la piedra angular de la productora Troma, especializada en cintas de serie Z caracterizadas por un humor burdo, soez y escatológico, la profusión de desnudos femeninos o el abuso de efectos gore que cimentaban el estilo cutre y con tendencia al exceso de esta productora. Ciertamente la actriz apenas ocupa unos segundos en pantalla protagonizando un plano central en el que la vemos chillar ante la aparición del héroe de la película, un ser deforme vestido con un tutu rosa y que porta una fregona al igual que si del martillo de Thor se tratará. Quien le diría en ese momento que apenas ocho años después estaría recogiendo una estatuilla dorada de manos del genial Jack Palance.

EL VENGADOR TOXICO (1984)

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